viernes, 28 de enero de 2011

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En un rincón de mi corazón empezó a nacer la impaciencia, la curiosidad, el deseo de verle. Se mezclaban sentimientos distintos: las ganas de escucharle, de contarle mi vida, de hacerle partícipe de cualquier tontería, pensamiento, cualquier cosa. El misterio y el abismo, todo se despertó con lentitud. Del mismo modo que crecen los miedos, crecen los amores..pueden hacerse grandes, inmensos. Hay quien cree que ha querido hasta que descubre la profundidad exacta de un sentimiento, entonces comprende que no hay comparaciones posibles, es como un niño que estrena la vida, que no sabe nada, al que todo le resulta nuevo. Amar puede ser doloroso y placentero, nadie sabrá medir las dosis ni las proporciones. ¿Cuántos instantes felices por cuántos siglos de padecimiento? Siempre percibimos que el dolor dura más, que tiene una mayor intensidad. La alegría en cambio, se nos escapa.. con que terrible facilidad se deshace entre las manos que querían aprisionarla....
Cuesta vivir el amor cuando se juega la partida con todas las cartas.

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