miércoles, 16 de abril de 2014

No sólo son tres meses sino que son también 91 días.

Ya te dije una vez que, la verdad, no sé cómo ha sucedido todo y tampoco quiero saberlo pues, lo que sí sé y tengo claro es que ha pasado; es que tú estás a mi lado y yo al tuyo, que por fin he logrado esa sonrisa tan vergonzosa, esa que tan poco te gusta y que tan loca me vuelve... Pero bueno, supongo que empezando a pensar un poco, todo sucede por algo, ¿no?
Como bien me dijiste hace escasos días a parte de ser la niña de la buena suerte y que esta, esté de nuestro lado... las casualidades también han formado una gran parte de esta, nuestra historia ya no tan secreta. Yo, por más que me paro a pensar en el qué te habré visto, en el qué me habrás visto tú a mi, una chica a la que no le acompaña la vergüenza, dos años más pequeña aunque la edad no influya mucho, una niña chica donde las haya, una adolescente que no va de la mano con la autoestima y sobre todo, una chica, esa payasa en potencia y loca a más no poder.
¿Quién lo iba a pensar? ¿Tú y yo conociéndonos? ¿Qué hayas repetido? ¿25 aniversario del instituto? y... ¿Qué quisieran versionar ese poema del gran Antonio Machado? Ahora digo que gracias. Gracias al destino,a las casualidades, a la idea de la profesora de Lengua que también ha tenido un papel importante en todo esto, el más importante diría yo... pero, ante todo, gracias a ti. Gracias a esas ganas de ponerte a versionar poemas a pesar de que tenías una maqueta muy importante para ti a las puestas de salir a la luz, gracias por haberme dedicado tiempo y sobre todo gracias por ese... "si le doy tú me invitas mañana a una coca-cola pero, si no le doy te invito yo a una fanta... de naranja que sé que las de limón no te gustan"
Has llegado pisando fuerte, rompiendo tanto mis esquemas como mis expectativas de este nuevo año a pedacitos, haciendo que estos pocos meses que llevamos sean mágicos y es que... te digo la verdad, estoy escribiendo esto y es que no puedo tener otro gesto más que una sonrisa enorme invadiendo todo mi rostro, pensando en todo lo que hemos pasado, en que en nosotros el tiempo se ha quedado a un lado, en el que las tonterías más grandes que hay en el mundo entero son las que más valoramos.
¿Habrán sido tus ojos? ¿Habrán sido tus pestañas, tan largas que casi me puedes abanicar cuando te tengo a un palmo de distancia de mi? ¿Habrá sido esa medio sonrisa que me mostrabas siempre? ¿Habrán sido mis ganas, ese reto que me puse en conseguir sacarte las mejores y mayores de tus sonrisas? ¿Habrán sido esas locuras, tan locuras que ya forman parte de nosotros? ¿Habrán sido esos comentarios que hacían de ti y que yo, he querido descubrir que son mentira? ¿Habrán sido esas primeras veces? ¿Serán todas aquellas que nos quedan? ¿Habrán sido todas esas canciones que me has cantado en el oído? ¿Será este nerviosismo que tengo siempre antes de vernos? ¿Habrá sido esa vergüenza que tenía cuando no apartabas tus ojos de los míos? ¿Serán esos brazos con los que me abrazas dándome una seguridad inmensa? ¿Habrán sido esas cosas que has hecho por mi y que nunca imaginaste que ibas a hacer por una niña? ¿Será esta locura que se me enciende cuando estoy a tu lado? ¿O será quizás estas ganas que me invaden de abrazarte, de besarte, de decirte que te quiero, de hacerte tonterías, de hacerte feliz que tengo? ¿Serán estas ganas que tengo de estar contigo?
No predigo el futuro, pero si hay algo que tengo claro es que absolutamente todo sucede por algo aunque no nos preguntemos el porqué, ¿para qué? Es mucho mejor disfrutar del hoy, pues el mañana ya vendrá.
Pequeño-gran loco, eres muy importante y... has de saber que la expresión "Te quiero" es muy importante para mi... Tan sólo intento conseguir que me conozcas al 100% y que cuando me lo digas sea porque realmente sientes que lo sientes de verdad.
Yo si, te quiero.
Y recuerda que, no sólo son tres meses sino que son también 91 días; ¿me ragalas más?

martes, 15 de abril de 2014

Si todos los caminos llevan a Roma, ¿cómo se sale de Roma?

A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco. Mi abuela siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida hará lo imposible por estar en ella, aunque en cierto modo perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo nos está regalando algo único que jamás recuperará.
Y es que la vida tan sólo son momentos, ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana, mañana no lo sé. Así que quería decirte que si alguna vez quieres algo, si lo quieres de verdad, ve a por ello sin mirar atrás, mirando al miedo de frente y a los ojos, entregando todo y dando el alma, sacando a ese niño pequeño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la Luna por tocar una Estrella. Así que no sé que será de mi mañana, pero este Sol siempre va a ser el mismo para ambos.
Que los amigos especiales son familia que elegimos, sí, y yo te elijo a ti, por ser el dueño de las arrugas que me salen al reír sin parar, que apuesto fuerte por todas esas improvisaciones a tu lado, por tus abrazos así porque sí, sin venir a cuento ni tener porqué celebrar algo.
Y es que en este tiempo me he dado cuenta más que nunca de que los pequeños detalles son los que hacen las cosas grandes y, que tú has hecho infinito mi límite. Así que te doy las gracias por ser una de las personas que en poco tiempo ha sido capaz de hacerme llorar tan sólo riendo. Por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, por ese brillo en los ojos capaz de pelear contra un millón de tsunamis. Así que no sé dónde estaremos dentro de unos años , ni sé como se sale de Roma... no te puedo asegurar nada pero prometo que pase lo que pase y estés donde estés, voy a acordarme de ti porque me estas enseñando a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida y eso, no se olvida nunca.

Mi yogur sin fecha de caducidad.

Por muchas noches en blanco que una dedique a pensar en su biografía sentimental, la verdad es que encontrará pocas soluciones. Podrá parchar tal o cual relación, pero al final volverá a pasar lo de siempre... que en un momento dado saltará en pedazos, como tantas otras veces y es que, cuando algo va bien siempre hay algo que llega para acabar con ellos. Es casi un combate perdido de ante mano, así que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures. Así sabríamos de ante mano cual es el final y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo.
Aunque si lo piensas bien, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que esta vez sí, ese yogur pueda conservarse para siempre, para el día a día.